¿Cuántas veces te has encontrado pensando sobre cómo poder ser feliz?
Debe ser una de las preguntas más difíciles de contestarse, porque como suele suceder con las cosas obvias y simples (aunque no tan fáciles de pronto) tenemos la respuesta y no nos damos cuenta.
Apuesto a que cuando te encontrás pensando sobre esto, es en un momento en el que te parece imposible «ser feliz»: porque todo te sale mal, te sentís sola, fea, gorda o flaca, con arrugas o celulitis, sin futuro, sin trabajo, sin pareja, con proyectos abandonados, con sueños frustrados o realidades difíciles… por el motivo que sea.
Es poco probable que alguien se pregunte «cómo ser feliz» si está feliz, porque simplemente ya lo está.
Ahora, una buena pregunta es: ¿esas personas «felices» tienen todo resuelto?
¿Será que todo les sale bien, cumplen todos sus sueños, nunca se frustran, están siempre acompañadas, lindas, sin arrugas y como con fotoshop natural, sin problemas, con la familia y el trabajo soñados?
Tomate un tiempo para pensar en esa respuesta, en esas personas que dirías que parecen estar siempre felices.
¿las personas felices siempre tienen motivos para serlo?
Te la hago corta: cómo te sientas dependerá más de lo que pienses, que de lo que te pase. Más aún: todos tenemos días buenos y malos, pero más allá de eso, tenemos una tendencia marcada, una postura ante todo lo que nos va sucediendo en nombre de «la vida».
Es una cuestión de actitud, de cómo afrontes lo que te pasa, cómo lo interpretes… del cristal con que lo mires.
Así, hay personas que tienden a ser optimistas, y otras pesimistas.
Las PESIMISTAS podrían tener todo lo bueno del mundo, y ver problemas hasta «por las dudas». En su vida y en su discurso predominarán las posibilidades negativas de todo futuro acontecimiento, las malas intenciones ajenas, lo negativo detrás de las buenas noticias, el desaliento, el miedo a lo desconocido, la desconfianza.
¿Difícil «ser feliz» con esa actitud ante la vida no?
Las personas OPTIMISTAS por el contrario, tal vez no tengan todo lo bueno del mundo, pero intentarán ver lo bueno en cada cosa que les pase. ¿Ingenuas? ¿Tontas? No. Optimistas.
En lugar de desconfiar y estar atentas a todas las posibilidades negativas de lo que les puede suceder, estas personas tienden a valorar lo que tienen, lo que han conseguido, las buenas noticias, las oportunidades y los desafíos. Confían en los demás y en ellas mismas para superar adversidades. Son esas que ven «el vaso medio lleno y no medio vacío».
Lo bueno es que el OPTIMISMO se puede desarrollar!! siempre que tengas un margen de flexibilidad, claro. Si sos dura como una roca… bueno, tal vez ni siquiera estarías leyendo esto, así que apostemos a adoptar el optimismo 😉
pasemos eso a momentos
Tal vez te resulte más fácil pensar en etapas, momentos, en los que hayas tenido una actitud más optimista y otras más pesimista.
Si podés recordar algún momento o etapa de tu vida en que te has sentido bien porque te pasó algo positivo, es muy probable que puedas extender ese recuerdo a una sensación de bienestar, calma, tranquilidad, gratitud, felicidad. Veías todo lindo y si había algo «no tan lindo» no te opacaba el bienestar.
Con una actitud positiva, tendemos a ver cosas positivas.
Si por el contrario, recordaras un momento o etapa negativa en tu vida, es probable que recuerdes una sensación de malestar, tristeza y/o rabia, negatividad, pesimismo, decaimiento, ansiedad. O en pocas palabras: «andabas loca como una cabra». En esos momentos algo lindo no sería apreciado y algo feo sería la confirmación de que «todo te sale mal».
Con una actitud negativa, tendemos a ver cosas negativas.
Así que hoy te invito a que hagas el ejercicio de buscar 3 cosas buenas cada noche, y las anotes.
Cuando vayas a dormir, repasá tu día y anotá en un lugar especial 3 cosas por las cuales agradecés.
Cada día, cuando te levantes, tendrás que estar atenta al «deber de la noche», porque no vale hacer trampa e inventar!!
Yo agradezco a quien me lo «mandó» de deber a mí, porque comprobé una vez más algo que ya sabía, pero que es fácil olvidar (sobre todo, cuando andamos «locas como una cabra»).
Hacelo por lo menos 15 días, y me contás!!
Empecemos a trabajar por potenciar la actitud positiva!! Por nosotras mismas y por quienes nos rodean.
Tal vez así, de a poquito, cada vez más sean quienes comprueben que «ser feliz» no es tan complicado si nos prestamos atención y enfocamos bien la mirada.
Ah! y mirá si te das cuenta de que en realidad ya lo sos y no te habías percatado!
Lorena